domingo, 18 de septiembre de 2011

Un minuto de aire

Pues ya regresé al blog, siempre es bueno salir un poco de todo para volver a ponerte en perspectiva.


Han pasado dos meses de la octava y última quimio. Desde entonces he tenido varios sueños donde estoy con los doctores y ellos me dicen que necesitan aplicarme mas quimioterapia. Siempre despierto asustada, se han vuelto en mis nuevas pesadillas. En una hasta soñaba que me estaban aplicando una y sentía las nauseas y el cansancio de manera muy vivida.


Es muy duro recordar todo eso, al final no todo vuelve a ser como antes. Tu cuerpo no esta igual, es como haber ido a la guerra y regresar con lesiones evidentes, más el trauma psicológico. Pero a pesar de todo esto, es algo con lo que puedo vivir.


Un gran amigo siempre me ha hecho las preguntas mas acertadas e interesantes desde que me diagnosticaron cáncer (Pavel, espero estes leyendo esto porque estoy hablando de tí). Hace unos días sentados en su casa antes de ir a ve a The Kills me preguntó "¿Y qué aprendiste de esta experiencia tan cercana a la muerte?" De momento no supe que contestar, me quedé pensando y muchas cosas se amontonaron en mi cabeza y desde entonces he estado organizandolas.


Creo que una de las cosas mas importantes que aprendí es apreciar tu entorno, no desperdiciar la vida en pendejadas y gente pendeja. La enfermedad sobre pasa cualquier problema tonto que creía tener entonces y te ayuda a filtrar a la gente que esta a tu alrededor. Te ayuda a no perder el tiempo procrastinando cosas como el amor, el compromiso y tus deseos personales a futuro. Te vuelves en el ser mas hippie y care-free que pueda existir. Aunque por otra parte puedes caer un poco en la amargura porque tu tolerancia a las cosas baja un 50% jaja.


Y por alguna extraña razón te hace pensar en hijos y familia y todas esas cosas a las cuales todos le huimos en algún momento de nuestras vida. Pero digo, nunca sabremos cuando vamos a dar la vuelta equivocada y esto se nos termine. Entonces para que seguir huyendo.


Por otra parte, hay secuelas que ni yo me imaginaba. Tengo una adicción a la comida, no a comer. Estoy aprendiendo a cocinar, investigo sobre comida nueva e intento ir a comer a diferentes lugares no importando que tan lejos o cerca pueda estar. Todo el día me la paso sonriendo y si me hacen enojar les dedico un "vayanse a la chingada" muy sin broncas.


Saben también que me enseñó, a detenerme y pensar bien en cada decisión que tomo con respecto a mi vida. Tan bien aprendí eso que ahora tengo a mi lado a una gran persona :). Quien iba a pensarlo, pero eso lo dejaré para otro día.


El próximo viernes me quitan el catéter, un paso mas a la libertad.


Besos a todos y disfruten la vida.

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